Hola, hablemos de gastronomía, ¿tienes ganas de degustar algo delicioso? Sea cual sea tu excusa, lo cierto es que la gastronomía es una de las mejores formas de conocer el mundo que te rodea. Pero hacerlo con estilo requiere más que reservar en el restaurante de moda: se trata de saber disfrutar de cada sabor, cada aroma y cada historia detrás del plato. Aquí te contamos cómo vivir la experiencia gastronómica perfecta ya sea en tu casa o en cualquier lugar, sin perder tu toque chic ni tu espíritu curioso.

Entrégate a tu paladar y prueba, solo prueba…

Algunos consejos para que tu experiencia probando sea un éxito:

Desayuna sin prisa

El desayuno es la manera más sincera y sencilla de disfrutar comiendo. Tómate tu tiempo para prepararte algo con alma, y si el tiempo te gana toma el fin de semana para comenzar a hacerlo; cuando estés de viaje observa cómo despierta la ciudad: el croissant perfecto en París, el café fuerte en Estambul o por que no una arepa en Venezuela o el pan con chicharrón en Perú.

Desayunar bien es casi un acto de amor propio. Y si el café no convence… cámbiate de marca o de cafetería.

Disfruta sin culpa

El verdadero lujo está en disfrutar sin remordimientos. Prepárate algo que calme tu antojo, que se vea apetecible y también lo sea. Pide ese postre, repite ese plato o prueba lo que nunca te atreviste a ordenar.
Comer con estilo no significa comer perfecto, sino hacerlo con intención (y con buena luz para la foto, admitámoslo).

Come donde comen los locales

Cuando estés de viaje, evita los lugares llenos de turistas y busca la esencia verdadera de esa ciudad en sus rincones más auténticos. A veces el mejor plato se sirve en una mesa sin manteles pero con mucha historia.
Pregunta a los locales, sigue el olor a algo delicioso o entra donde las risas suenen sinceras.

Tip TEVVAN: si el sitio está lleno, huele bien y la gente come sin mirar el móvil… es tu señal.

Marida con actitud

No necesitas un curso de sommelier para disfrutar un buen maridaje. Atrévete a combinar sabores con libertad —vino blanco con tacos, cerveza artesanal con ceviche o un vino tinto con postre francés—.
El estilo no está en seguir las reglas, sino en tener la confianza de romperlas con elegancia (y con un brindis, por supuesto).

Comer con estilo es más que una tendencia: es una filosofía. Se trata de abrir los sentidos, reírte cuando no entiendes el menú y dejarte llevar por la experiencia. Porque al final, el verdadero lujo está en disfrutar de cada bocado, donde sea que estés y si estás en buena compañía aún mejor.

Bon appétit!


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